Nací en la ciudad de Guatemala y siempre fui una niña feliz, cantaba y bailaba, fui muy bendecida por la familia en la que nací y las increíbles amistades que hice desde niña y a la fecha muchos siguen siendo mis amigos cercanos.
A los 10 años me dio paperas y fue mi Papá quién me llevó al médico, el único comentario que recuerdo de esa cita fue que tenía obesidad y debían ponerme a dieta, ya que el pediatra había indicado que no nos dieran leche ni pasteles ya que nuestra tendencia era a ser obesas. Siempre he considerado que era la gordita del salón de clases y nunca dejé que mi peso me detuviera, A los 16 años fue mi primera visita al nutriólogo y en ese momento inició esta mala práctica en mi vida, subir y bajar de peso. Creo que cualquier amiga desde esa época puede decir que estoy a dieta o que estaba rompiendo la dieta.
En mi adolescencia y época de universidad sufrí de muchas burlas y sobrenombres que yo realmente trataba de hacer caso omiso y lo bloqueaba. Lamentablemente, las burlas y miradas extrañas (incluso esas miradas entre compasión y lástima que nunca comprendí) son una historia en común para varias mujeres que sufrimos de sobrepeso u obesidad, algunos de estos momentos realmente fueron humillantes con amigos, familia, compañeros de trabajo y gente desconocida y por mi falta de amor propio a veces, yo iniciaba las bromas para evitar que las hicieran ellos y nunca realmente puse un límite.
A pesar de que siempre he sido sonriente, puedo decir que a partir de los 26 años mi vida era color gris, acababa de terminar una relación de varios años y en ese momento mi vida no tenía rumbo. Tenía problemas muy serios de dependencia emocional y esta persona lamentablemente me lastimó y acabó con el poco amor propio que tenía. A partir de este evento empecé a subir de peso. Todo el exceso de peso era una forma en la que mi cuerpo me fue protegiendo para evitar ser nuevamente lastimada.
A inicios del 2011 realicé un viaje a Europa y lamentablemente no lo pude disfrutar, fue un sacrificio caminar muchos kilometros con una gran cantidad de peso, termine con ampollas en los pies, recuerdo que tenía largas charlas motivacionales conmigo misma para disfrutar lo que estaba viviendo,pero era una terrible tortura. Ese mismo año en octubre realicé un entrenamiento donde inicié mi despertar a mi consciencia y procesos de sanación muy profundos e importantes lo más curioso es que no trataba nada relacionado con mi peso.
Para diciembre de 2012 llegué a las 300 libras y tuve una torcedura de tobillo. El traumatólogo me indicó que mi cuerpo no aguantaba con mi sobrepeso, que estaba muy joven para ese tipo de problema, me dió el contacto de Doctor Juan Altuve que es especialista en cirugía bariátrica, fue la primera vez que enfrente que era una mujer obesa, pero me negaba a aceptar que necesitaba hacerme esta cirugía, hice una cita para un programa de 10 semanas que vi en una revista de salud en la misma sala de espera del traumatólogo.
Con mucho esfuerzo bajé 35 libras y pagué otras 10 semanas y bajé 2 más pero al finalizar las otras 10 semanas, vino mi cumpleaños, fiestas de fin de año, etc. y resultado que inicie el año 2014 con 20 libras más, traduciendo que el esfuerzo de 20 semanas y 35 libras se redujeron a 15 libras menos. El nivel de frustración era demasiado y lo más preocupante es que empecé a tener mareos, extremidades que se dormían, no alcanzaba a subir las escaleras, etc.
Algo que considero empezó abrir los caminos y que todo lo que pasó después sucediera, fue una terapia de Constelación Familiar donde los hallazgos fueron impresionantes y me abrí para la Dignidad, Belleza y Fuerza. La magia empezó a suceder solo unas semanas después de realizar la constelación familiar.
Asistí a una fiesta con amigos que era temática de los años 80 ‘s y después de esta fiesta una de mis amigas me dijo qué estaba demasiado gorda y qué iba a hacer? Dos días después otra querida amiga me dijo que la vida se me estaba pasando de largo y que si no tomaba cartas en el asunto la vida seguiría pasando enfrente y yo no la iba a vivir.
Así que tomé valor e hice la cita con el Doctor Juan Altuve. En la primera cita, él me hizo varios cuestionamientos y fueron fuertes hallazgos los que obtuve, realmente iba en dirección contraria a lo que yo quería que fuera mi vida. Pero antes de poder tomar la decisión final, tenía que evaluar si en salud y mentalmente era candidata a la cirugía.
Al finalizar las evaluaciones y con la ayuda de la Licda. Brigitte Aquin tome la decisión que la cirugía era mi opción, ya lo había intentado muchas veces sin resultados y ese día dije el 7 de abril 2014 me opero por que me opero.
Cuando informé a mis papás y sobre todo mi papá se mostró muy molesto, me decía que no comprendía cómo iba a pagar esa cantidad de dinero por no poder dejar de comer y en ese momento decidí no compartirlo con nadie ya que no queria energía negativa alrededor de mi decisión pero en el fondo no quería ser juzgada. Ese comentario provocó en mí mucha vergüenza, todo el proceso lo hice en secreto y muy pocas personas sabían de esta decisión. Mi mamá y mis hermanas me apoyaron en todo el proceso y cuidaron amorosamente de mi.
En ese año 2014 estaba en mi certificación de Coaching por lo que todas mis prácticas estaban relacionadas con esta decisión, me ayudó mucho a visualizarme en los próximos años y cuál sería mi plan de acción. En el plan contempló todo lo que consideraba importante para que mi cirugía fuera exitosa desde el apoyo emocional, cuándo me haría la cirugías plásticas reconstructivas, cuánto debería ahorrar. Y lo más asombroso que a los 3 años exactos como me lo propuse, me estaban dando de alta de la última cirugía.
Semanas antes de mi cirugía me preparé con unas terapias con mi Maestro Reiki que es psicólogo y en ese estado de consciencia tan pacifico visualicé mi nueva vida y todo lo bueno que quería para ella, así que cada semana me sentía más preparada para el gran evento.
El día de mi cirugía de Bypass gástrico estaba tan emocionada por que sabía que mi vida iba a cambiar, entré a sala de operaciones y recuerdo que la anestesióloga me dijo ya va a ver cuándo se pueda poner esos vestidos strapless (pq estaba sin ropa en la camilla solo con la sábana) y allí me dormí. Lo más estresante es que no puedes comer por varios días pero el primero debes tomar un líquido azul para que en rayos x se pueda ver si hay o no alguna fuga que haga que regreses al quirófano pero gracias a Dios todo salió bien. Luego de 5 días en el hospital, mi recuperación la hice en casa de mi mamá, quién me cuido mucho.
En mi primera sesión con la psicóloga pudimos identificar que me estaba moviendo entre depresión y ansiedad, dudaba que la decisión fuera la correcta y sobre todo que la vida anterior era lo conocido. Además que no podía seguir ocultándose en la dieta tan estricta que tenía en ese momento para no socializar.
Las libras fueron desapareciendo y los cambios en todo mi aspecto pero lo que más me impresionaba era cómo estaba cambiando el trato de las personas hacia mi, todos eran más amables. Esta situación empezó a provocar demasiadas molestias, veía un mundo tan superficial que por cambiar de talla las personas me trataban diferente. Conforme fui bajando de peso me di también permiso de cuidar más mi imagen personal, lo cuál también me provocó problemas muy serios ya que observé que tenía creencias muy fuertes respecto a que las personas espirituales no debían fijarse en su aspecto físico. Así que todas estas luchas internas se fueron haciendo cada vez más importantes y me hacían tener episodios muy fuertes de ansiedad y era sumamente controladora.
Te comparto el seguimiento en fotos que hizo el Dr. Juan Arturo Altuve de mi proceso
Otro evento muy importante en mi vida fue que conocí a Annette Ruiz, quién me dio muchas herramientas para liberar la ansiedad y manejar de una mejor manera mis emociones. Tuvimos una serie de sesiones muy importantes que me hicieron dejar de pelear con mi nueva realidad y empezar a disfrutar mi proceso y mi nueva vida.
De acuerdo al plan, realicé citas con diferentes cirujanos plásticos y por la recomendación de una amiga, conocí al Dr. José López, quién es un excelente profesional y humano, me cuidó muchísimo en las cirugías de reconstrucción a finales de los años 2015 y 2016. Es importante compartir que se va el exceso de piel pero quedan cicatrices que conforme van pasando los años se van disminuyendo, al aceptar esta situación desde el principio me ha ayudado estar tranquila respecto este punto por lo que no me molestan ni me avergüenzan.
En la primera tuve un episodio de arritmia, se suspendió la cirugía y el Dr. López en la segunda cirugía tomó otras medidas para asegurar que yo estuviera sin riesgo.
Así que a los 3 años exactos, 7 de abril 2016 me dieron de alta y completé mi proceso de transformación.
A partir de esta fecha a la actualidad, he tenido muchos retos, he subido de peso he vuelto a bajar y aunque la cantidad de reganancia actual no es tanto a como llegue al final de mi proceso, me siento muy feliz por mi, sumamente orgullosa ya que nunca he dejado de volver intentarlo, de buscar otras opciones y la parte emocional que pueda estar afectando mi peso nuevamente, he decido mantener una dieta saludable un 80% de las veces y me doy permisos que espero en algún momento reducir aún más, comer sin ninguna culpa y salir de fiesta con mis amigos y poder tomar cervezas que es lo que puedo tomar y no me causa ningún malestar.
Luego de 8 años desde esta decisión puedo decir que realicé no sólo un cambio físico, me quite más de 100 libras de encima, sino que también me conocí a niveles profundos y fui
descubriendo a la mujer que realmente soy, perdonar mi historia y reconciliarme con ella.
Y como siempre digo, siempre puedo volver a elegir, eso abre la puerta para nuevas oportunidades, nuevos inicios y si no funcionó realizar ajustes y ponerme en acción.
Para cerrar mi historia quiero contarte que fui a la ciudad de New York 2016 y realice un tour en bicicleta en Central Park, en un momento frente a la fuente del ángel, me percaté de todooooo lo que había pasado en mi vida, todo los puntos que Dios había creado para llegara a ese momento: Hacer una actividad física, estar disfrutando, segura de mi en una ciudad nueva, recordé mi primer viaje a Europa que fue tan doloroso, esta nueva experiencia era genial que quería repetirla una y otra vez, por eso viajar se hizo una de mis pasiones y soy la mujer más feliz cuando me subo al avión lista para una nueva aventura.
Al final no fueron solo las libras, fue una nueva actitud ante la vida, invertir tanto tiempo en sanar y conocerme, como me dijo un vidente en la Ciudad de México: “Invertiste tanto tiempo para conocerte y saber quién eras y se te olvidó el para qué?” y hoy ponerme al servicio y acompañar a mujeres en este proceso bariátrico es mí Para qué!!!