¿Qué nos decimos frente al espejo?

25 de agosto de 2022

En nuestro proceso bariátrico, bajamos de peso muy rápidamente y los cambios en nuestro rostro, talla y cuerpo nos llevan a un momento en que dejamos de reconocer a la persona que se encuentra enfrente del espejo y allí empezamos a tener una desconexión con nosotros.  La persona que está enfrente no es la misma que viste por muchos años. 

 

Te comparto mi historia, de un momento a otro, esa gordita simpática ya se había ido jejeje

y de repente veo una mujer con otro rostro algo demacrado, cabello más fino, ojeras pronunciadas y un color de tez completamente diferente al que tenía antes de realizarme la cirugía.   Me dejé de reconocer, ahora veía una versión de mí que todavía no terminaba de “crearse” estaba en proceso de transformación literalmente me sentía como un pokemon…

 

Luego cuando los cambios se estabilizaron y esa versión nueva (beta) la empecé a reconocer poco a poco, pero requirió acciones conscientes frente al espejo, el vivir plenamente ese momento y dejar de desear ser otra cosa, había logrado lo que por muchos años había anhelado.  

 

A pesar que cuando me vestía me gustaba mucho lo que veía, evitaba el verme desnuda ya que criticaba cada aspecto como la piel que estaba sobrando, y dedicaba un tiempo en ver todo los “defectos” que hacían falta para esa imagen idealizada que tenía en mi mente.  Cuando acepté que mi cuerpo nunca sería acorde a los estándares sociales PERO era mío. lo amaba enormemente y estaba sumamente agradecida por todo el peso que había soportado y al dolor que lo había sometido con tantos tratamientos para bajar de peso, dietas extremas, atracones, subir y bajar de peso constantemente e incluso las cirugías.

 

Otro aspecto que me afectó demasiado durante el proceso fue que tenía muchas creencias respecto a que las personas espirituales no deberían fijarse en su imagen, ya que esto era Ego.  Tuve que trabajar mucho en aceptar que yo quería arreglarme de cierta manera, cuidar de mi aspecto y sobre todo utilizar ropa que antes no había estado disponible para mi.  Cuando borré esas creencias y me acepté como la nueva persona que me había convertido,  mi mundo exterior empezó a cambiar como magia,  empecé a vivir experiencias que nunca había vivido y a mis treinta y tantos todo parecía un sueño genial del cuál no quería despertar.

 

Ahora te pregunto, ¿en el momento frente al espejo, te das amor?  Te dices lo guapa que estas, te cantas una canción, o ves minuciosamente cada detalle todo lo que aún debes cambiar como lo que aún debes bajar de peso, la celulitis, flacidez y todo lo que aún no se acepta por la sociedad.   Lo peor es estar enfrente de nosotros y  sentir que aún no somos “suficientes”, sentirse insatisfecha y todas esas cosas que nos decimos frente al espejo

 

Tanto lo bonito como lo feo, lo criticamos, juzgamos y si alguien afuera nos trata de la misma forma, nos sentimos ofendidas y lastimadas, cuando no hemos sido nosotros capaces de ver la forma en que nosotras mismas nos hemos tratado.  Una forma de confirmarlo, ser consciente en el momento al pararnos frente al espejo, observar los pensamientos, juicios, que es lo que nos decimos.  Y tomar la decisión de parar, de decir basta!  Aunque al inicio no sea algo que hagas con toda la honestidad, empieza a cambiar ese discurso y aprovecha a decirte lo que te amas (aunque lo inventes) y a decirte todas las cosas lindas que tienes y te conforman.   

 

Por lo que tenemos que tomar acción y conscientemente, cambiar la experiencia para que ese bendito momento sea un momento agradable y divertido, dejar atrás los juicios y liberarnos de nosotros mismos.  

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